Atender el teléfono es una tarea muy común en numerosas empresas, desde grandes multinacionales a pequeños comercios. Por ello, utilizar cascos inalámbricos es una buena opción para no descuidar la atención al público y disponer el trabajador de mayor movilidad.
¿Para qué usar los cascos?
En entornos con poca gente y poco tiempo para atender el teléfono, puede ser muy interesante y productivo disponer de cascos inalámbricos puesto que proporcionan una mayor movilidad y facilidad a la hora de atender una llamada, que puede tratarse de una venta o de un servicio en concreto para clientes.
Los problemas que pueden surgir cuando una persona habla constantemente por teléfono desaparecen. La sobrecarga de las cervicales disminuye puesto que no hay que estar sujetando el teléfono.
Un caso práctico puede ser una peluquería con línea telefónica, donde la propietaria y 2 ó 3 empleados disponen de teléfono inalámbrico con el fin de no desplazarse al mostrador, como pasaría en el caso de un teléfono de sobremesa. La ventaja a la hora de tener unos cascos es poder seguir trabajando mientras se está atendiendo el teléfono sin necesidad de trasladarse al mostrador, por lo que se puede estar hablando para darle cita a otro cliente sin descuidar el trabajo.
Beneficios de los cascos inalámbricos
- Mejora el rendimiento del trabajador
- Las llamadas son más sencillas, no hay que desplazarse
- Se da una imagen mucho más profesional
- Comodidad y productividad (manos libres mientras se atiende al cliente)
- Ayudan a tener una postura adecuada, natural y no forzada
- Reduce la tensión muscular y se pueden realizar varias tareas a la vez
Como se observa, para cualquier empresa, los cascos inalámbricos son una herramienta necesaria por diferentes razones, incluido ahorrar tiempo en desplazamientos innecesarios. Sobre todo, es un punto clave e imprescindible para empresas que quieren avanzar y apostar por nuevas tecnologías.